Nuestra historia

La misión en Chínipas ha sido un testimonio vivo del compromiso con el evangelio, a pesar de los desafíos que imponen la distancia y el aislamiento. A lo largo de los años, se ha forjado una historia de entrega y servicio que continúa transformando vidas. La presencia de las Hijas de María Inmaculada de Guadalupe ha sido un pilar de esperanza y consuelo para los habitantes, quienes han recibido no solo educación y atención, sino también el amor fraternal de estas incansables religiosas.

Contar la historia de Chínipas es caminar de la mano con mujeres consagradas que, con generosidad, han compartido su vida y saberes, dejando una huella profunda en el corazón de esta comunidad. Cada religiosa que llega a estas tierras trae consigo la misión de entregarse al servicio del evangelio, dejando una impronta de amor y fe que sigue viva en la memoria y el alma de quienes han sido tocados por su dedicación. Esta obra misionera es un reflejo de la voluntad de Dios vivida en actos concretos de caridad y evangelización.

La Casa Misión Santa María de Guadalupe fue fundada el 12 de marzo de 1960 en Chínipas, a petición del obispo Salvador Martínez Aguirre, S.J., para ofrecer educación y apoyo a la comunidad. La congregación seleccionó a las religiosas fundadoras mediante un sorteo, y fue así que M. María del Carmen Castillo Pérez, junto a las Hnas. María de Lourdes Gómez Medina, Margarita de Vega, María Dávila Espino y Guadalupe Álvarez Mendoza, emprendieron la misión. Desde su llegada, su servicio ha beneficiado grandemente a la niñez y juventud de Chínipas.

Con el tiempo, la misión creció, construyendo las instalaciones de lo que hoy es Secundaria Particular Plancarte y  en 1972, se inauguró un internado para estudiantes y en 1985 un asilo para ancianos.

Hoy, la Casa Misión sigue fiel a su labor educativa y evangelizadora, permaneciendo al lado de cada niño, joven, familia etc.  que atiende en esta obra misionera.

Dejando
huella

Nuestro servicio

Ay Dios mío! Tú sabes con cuánto desinterés y buena fe me consagré a tu divino servicio. Tú sabes que sin más interés que tu gloria y el bien del prójimo …
JAP (Ejercicios 1878)

El apostolado de las Hijas de María Inmaculada de Guadalupe en Chínipas se centra en una entrega integral al servicio del evangelio y la comunidad. Estas misioneras dedican sus vidas a llevar consuelo, esperanza y formación a los más necesitados. Su labor abarca varios ámbitos, desde la educación de niños y jóvenes en valores cristianos, hasta la atención espiritual y pastoral de las familias, acompañando a cada persona en su crecimiento humano y de fe.

A través de catequesis, evangelización y obras de caridad, las religiosas promueven la dignidad de la persona y el fortalecimiento de la fe en comunidades muchas veces marginadas o con pocos recursos. Además, su presencia constante es un testimonio vivo de amor y servicio, brindando apoyo emocional y espiritual en momentos de dificultad, mientras se esfuerzan por crear un ambiente de paz, solidaridad y fraternidad entre los habitantes.

Con un corazón misionero y un profundo amor por Cristo, estas mujeres consagradas no solo enseñan, sino que también viven el evangelio en cada acto de servicio, mostrando la luz del amor de Dios en cada rincón de Chínipas.

Testimonio misionero

Cesta de compras